Alonso también miró la excelente fiabilidad tradicional de la escudería, algo básico en un Mundial donde las cajas de cambio deben durar cuatro carreras. En caso de avería, se perderán cinco posiciones en parrilla. Ahora bien, el asturiano no se fía de las simulaciones ni los datos del túnel. Hasta que no pruebe el coche el día 22 no dará su veredicto. Y la lógica dice que, por mucho que mejore, el día 15, en Jerez, Ferrari y McLaren deben estar por encima. Todos los equipos que querían al ovetense le prometieron ser campeón y muchas veces la pista da un dictamen muy distinto al de los ordenadores. Ya sufrieron un error de cálculo Kovalainen y Fisichella la pasada temporada.
Sin embargo, a poco que acierten el nuevo monoplaza puede ser un gran paso adelante, que Alonso podría acercar a la cabeza con su medio segundo particular. Ese que hizo que McLaren pasara de no ganar un solo gran premio en 2006 a imponerse en ocho durante 2007. Con otra gestión deportiva las Flechas de Plata se habrían impuesto en ambos títulos.
Otro dato que puede favorecer a Renault es la pérdida del control de tracción. En estas condiciones, para que el coche pierda menos adherencia a la salida de las curvas conviene que tenga más peso sobre las ruedas posteriores. La escudería francesa siempre ha hecho monoplazas todo atrás. El de 2008 decanta el reparto más hacia la parte delantera, para evitar el desgaste de los neumáticos, pero no opta por la batalla larga de McLaren. Ferrari, por ejemplo, ha decidido acortar la distancia entre ejes de su coche y vuelve a un concepto bastante más tradicional.
fuentes: as.com
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