05 diciembre 2008

"Sobre la moto siento el asfalto muy cerca"


ENTREVISTA Michael Schumacher

Camino de los 40 años y con el cuerpo dolorido de años de carreras, de fuerzas G y de aspirar el amianto de los frenos a través de sus pulmones, a Michael Schumacher aún le quedan ganas de subirse de vez en cuando a una moto y competir en el campeonato alemán de Superbikes. El heptacampeón del mundo de F-1 se ha caído varias veces, pero no le ha podido el miedo y tiene un 15º puesto como mejor resultado. Compitió en las ocho horas del Mundial de Resistencia en Oschersleben, sin suerte por avería. Allí atendió a la revista de la FIM (Federación Internacional de Motociclismo).

¿Cuándo se inició esta pasión?
Es una historia bastante sencilla. Comenzó en 1994 cuando me compré una Honda CBR 600. Viajé con ella de Stuttgart a mi casa en Suiza y la vendí inmediatamente porque no me gustó la experiencia. Después decidí comprarme una Harley. En 2005 probé una Ducati de MotoGP en Mugello. Pero estuve mucho tiempo sin hacer nada hasta abril de 2007. Tengo un amigo en KTM, le llamé y organicé una prueba en Fiorano. Ese fue el punto de partida. Comencé a practicar Supermotard con una SuperDuke.

¿Por qué le gusta tanto el motociclismo?
Cuando probamos en Fiorano con mucha gente en la pista disfrutamos muchísimo. Pilotar una moto, con el asfalto muy cerca, es una sensación muy natural. Es muy distinto a un coche de carreras, muy diferente. Es una nueva aventura... Mi talento para ir en coche me ayuda algo.

¿Cómo fue esa prueba en Mugello con la Ducati?
Fue un gran shock. Eran motos de 1.000cc. Mugello tiene una larga recta con una colina antes de una curva de 180 grados. Yo estaba allí, iba cada vez más deprisa y al llegar al rasante la rueda delantera se levantó y no me gustó (se ríe). La moto empezó a moverse. Era demasiado loco lo que estaba haciendo y no sabía como arreglarlo.

¿Qué pilotos de motos le han impresionado más?
Los sigo desde hace muchos años. Siempre he sido fan de Kevin Schwantz. Después de mi amigo Mick Doohan. Vivimos muy cerca en Mónaco, nos entrenamos y pasamos mucho tiempo juntos. Mick siempre ha pensado que estaba loco por hacer algo así. Así que no he tenido mucha comprensión por su parte, pero ahora ha cambiado su opinión.


Publicada en AS.COM

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