
La excepción de la cifra anterior la firmó Michael Schumacher, que hasta la cuarta carrera de la temporada 2003 no se decidió a ganar. Pero mucho cuidado, porque por esa misma teoría tendríamos que haber descartado a Hamilton del título de 2007, y estuvo a un pelo de llevárselo.Además, ésta puede ser una temporada en la que no cometer errores puede tener mayor premio que en temporadas pasadas. Cuando los despistes los corregía la electrónica, una mala frenada o un toque demasiado optimista de gas podía suponer perder apenas unos segundos de nada. Este año, el precio a pagar puede ser una visita sin retorno a la grava o un encontronazo con las barreras de protección.
El mejor ejemplo de todo esto lo tenemos en la clasificación tras dos carreras. Ningún piloto ha repetido podium, y el líder, Lewis Hamilton, ha alternado una sólida victoria en Australia con una discreta 5ª posición en Malasia. El otro favorito, Kimi Raikkonen, ha arreglado su 8ª posición sin cruzar la meta de Melbourne con una aplastante victoria en Sepang.
De momento, es una temporada de contrastes, y los que apuestan por la regularidad, como hasta la fecha Heidfeld o Kovalainen, están aguantando el tirón de este inicio de Mundial. Puede ser un año donde más que nunca, acabar carreras sea más importante que ganarlas.
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